Capitales mínimos, bienes computables y transferencia de acciones

Nota escrita por Antonio García Vilariño, socio titular del Estudio García Vilariño y Asociados. Para la Revista Todo Riesgo

La Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN), en el ya natural marco de comunicación de la actual gestión con el mercado de seguros y reaseguros, envió en forma virtual a las cámaras una presentación para el proyecto de modificaciones y prórrogas a lo normado por la resolución 147/2020. Aclaro que la nueva norma aún no se publicó.

Comenzamos tratando la adecuación de los capitales mínimos, postergada en la aplicación de la TAP (tasa de actualización de pasivos). Desde la publicación de la resolución 147/2020 advertimos que el capital por ramas se mantiene sin adecuación hasta el estado contable anual cerrado el 30 de junio de 2021. Solo se actualiza en un 8,7% al 30 de septiembre de 2021 y de allí en más volvería a la normalidad aplicando trimestralmente la TAP. Si se hubiese aplicado la TAP entre el 1º de julio de 2020 y el 31 de marzo de 2021, el ajuste habría resultado del 26,17%, sin considerar la TAP entre el 1º de abril y el 30 de septiembre de 2021, lo cual permite evidenciar cómo morigera el requerimiento el criterio asumido en esta oportunidad por el controlador.

Para una entidad que opere en todos los ramos –excluidos responsabilidad civil para transporte público de pasajeros y responsabilidad civil y/o caución ambiental, cubriendo el art. 22 de la ley 25.675–, el requerimiento de capital mínimo con la metodología adoptada pasa de 120.015.070 millones a 130 millones de pesos entre los estados contables al 31 de marzo de 2020 y al 30 de septiembre de 2021, fecha en la cual comenzará a aplicarse la TAP ya comentada.

Análisis

Un tema también importante a tener en cuenta, dado que afecta en las relaciones técnicas a la mayoría de las entidades del mercado, es el capital mínimo a acreditar por primas y siniestros, cuyo cálculo sobre cifras a valores históricos se prorroga hasta el 30 de junio de 2022. En cuanto al capital mínimo para reaseguradoras y su actualización, por la información que obra en mi poder, advierto que aún no fue actualizado.

Sobre límites de computabilidad y excesos, el proyecto prorroga lo siguiente: para el exceso de inmuebles, un límite del 30% para los de uso propio hasta el 30 de junio de 2022; para el exceso de créditos, un límite del 100% sobre el activo computable hasta el 30 de junio de 2022; para el exceso de valores a cobrar, un límite del 80% hasta el 30 de junio de 2022; los límites de deudores por premios/premios a cobrar para su cómputo en la cobertura del art. 35 de la ley 20.091 y del Reglamento General de la Actividad Aseguradora (RGAA) hasta el 30 de junio de 2022 (el 75% en secciones elementales/eventuales y el 50% en riesgos del trabajo); y la antigüedad de premios impagos hasta el 30 de junio de 2022 para riesgos del trabajo.

Sobre nuevos conceptos y situaciones no prorrogables, el proyecto para el inciso m) de cobertura amplía transitoriamente el límite de inversiones del inciso m) del art. 35 de la ley 20.091 y del RGAA (inmuebles de renta y otros) hasta el 30 de junio de 2022, pasando del 40 al 60%. Finalmente, en esta secuencia no se prorroga la normativa por la cual las aseguradoras de riesgos del trabajo antes podían computar –a los fines de calcular el capital computable a partir del patrimonio neto– el 10% de la reserva por resultado negativo, dejando sin efecto tal beneficio.

Más detalles

El proyecto tiene un especial tratamiento con relación al rubro inmuebles y su computabilidad. Desde dicho punto, la norma para el inciso f) del punto 30.2.1. del RGAA vuelve a la redacción anterior, que fuera modificada por la gestión del ex superintendente Pazo, excluyendo del activo computable nuevamente los inmuebles rurales, lo cual debería, a mi entender, ser reconsiderado. Quienes tenemos años en el mercado sabemos que tal exclusión se fundaba en el ingreso a los patrimonios netos de las aseguradoras de campos sin valor acreditable, advertido en particular en las liquidaciones. Pero no sería hoy razonable excluir campos debidamente tasados por el Tribunal de Tasaciones de la Nación, con importantes valores y fuerte ingreso por su arrendamiento, que en general superan en rentabilidad los inmuebles urbanos. Sí comparto la exclusión que ya estaba vigente para inmuebles con dominios imperfectos, como ya enumera la norma.

Otro punto de interés es la eliminación del Banco Ciudad como tasador autorizado. Queda solo el Tribunal de Tasaciones de la Nación, lo cual me lleva a plantear, teniendo en cuenta sus demoras ante la multiplicidad de pedidos y las limitaciones de movilidad ante la pandemia, si no sería razonable dar de alta al Banco de la Nación Argentina como tasador autorizado, cuya trasparencia es inobjetable.

También el proyecto trata el modelo de revaluación al momento de la incorporación y da un plazo de seis meses para contar con la tasación a partir del alta. Se elimina la comparación en el alta del valor inicial con el valor fiscal al entenderse que prima el de escritura, lo cual resulta muy razonable. Se especifica que, a partir del 1º de julio de 2022, la vigencia de las tasaciones se admitirá con una antigüedad de tres años y se adiciona para la validez de escrituras su legalización notarial, así como para contratos de alquiler legalización por martillero o escribano y registración ante la Administración Federal de Ingresos Públicos. Se deja en claro que los inmuebles que no cuenten con la totalidad de la documentación requerida o que resulte deficiente al ser presentada serán excluidos/no admitidos para su cómputo en la determinación de las relaciones técnicas.

Consideraciones finales

Como último tema a ser tratado dejé el relacionado con la tenencia por parte de las entidades del mercado de acciones en aseguradoras y reaseguradoras. El proyecto retoma el anterior criterio y establece que, desde el pasado 1º de julio, son consideradas no computables para los cálculos de las relaciones técnicas las tenencias por parte de aseguradoras y reaseguradoras de acciones en aseguradoras y reaseguradoras, señalando que está en línea con la ley 20.091.

En primer lugar, mencionar que, si bien el proyecto las excluye del cálculo de las relaciones técnicas, su computabilidad lo era solo para el capital mínimo y en el porcentaje establecido sobre el capital computable, lo cual ya de por sí limitaba tal computabilidad. Ya luego, sobre su relación con lo normado por la ley 20.091, es correcto. Pero el tratamiento por parte del controlador tuvo un derrotero errático a través de los años, por lo cual en el actual contexto y ante la necesidad de mantener la solvencia y la fortaleza patrimonial de las entidades, fundado en que las emisoras de tales acciones son controladas también y a su vez por la misma SSN, bien podría mantenerse su computabilidad con una disminución gradual de su relación con capital computable en varios trimestres o bien lisa y llanamente mantener su computabilidad sin alterar el actual status quo.

Por supuesto que en general y con excepción de lo señalado, para la computabilidad de campos y de acciones en aseguradoras y reaseguradoras que ahora resultan excluidas, la norma que se proyectó es beneficiosa para el mercado y aporta herramientas para mantener adecuadas las relaciones técnicas y fortalecido el sistema en una sinergia adecuada con otras herramientas, como la valuación técnica de títulos públicos de renta y obligaciones negociables, además de la revaluación temporal de inmuebles ajustados por el Indice de Precios al Consumidor. Aguardemos contar con la resolución 147/2021 ya publicada y, seguramente, sobre la versión final y definitiva surgirán nuevos comentarios.

Ajuste por inflación para aseguradoras y reaseguradoras

Nota escrita por Antonio García Vilariño, socio de Contadores Auditores García Vilariño y Cía. para la Revista Todo Riesgo

Si bien el tema justifica un trabajo más extenso y profundo, lo requerido en esta instancia es un breve comentario sobre el cuadro de situación a la fecha en cuanto a la aplicación del ajuste por inflación para Estados Contables de Aseguradoras y Reaseguradoras, ya concluido el Ejercicio anual al 30 de junio próximo pasado y la cercanía del plazo para el vencimiento de su presentación.

Si nos remontamos a la historia normativa, tenemos como antecedente la Resolución General N° 17.929 del año 1984, y también en aquella instancia si bien no hubo una clara remisión a las normas emitidas para el tratamiento del tema por la Federación de Consejos Profesionales en Ciencias Económicas, sí se contó con el Informe emitido por una Comisión constituida al efecto en el ámbito del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Capital Federal, la cual integré.

Con la vigencia de la Ley de Convertibilidad y todo lo que ya se analizó “in extenso”, se excluyó la posibilidad de reexpresar Estados Contables a Moneda Homogénea, pero finalmente con la Derogación del Decreto N° 1.269 y lo establecido en el Artículo 7mo. inciso c) de la Ley N° 27.468 se delegó en el Poder Ejecutivo, a través de sus organismos de control y el Banco Central de la República Argentina (BCRA), la facultad de establecer la vigencia de sus disposiciones en relación con los balances o estados contables que deban ser presentados. Consecuentemente con ello, la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) emitió la Resolución N° 118 en fecha 7 de febrero de 2019, estableciendo la obligatoriedad de presentar los estados contables en moneda homogénea para las entidades bajo su supervisión, y de aplicación ya para los que vencían el 30 de junio del año en curso.

A posteriori, ante las diversas presentaciones recibidas de las cámaras del sector y los profesionales relacionados con la actividad, y habiéndose tomado en cuenta las necesidades e impactos que el cumplimiento de la norma implicaba en términos de capacitación, sistemas y la propia adecuación reglamentaria, se emite la IF-2019-17698428-APN-SSN#MHA, por la cual la presentación de los estados contables íntegramente valuados a moneda homogénea se posterga para el cierre de los mismos al 30 de junio de 2020, siempre y cuando se cumplan los parámetros de aplicación, en función a la inflación acumulada, estipulados por la FACPCE ya antes mencionada.

La citada circular establece que para los estados contables al 30 de junio de 2019 y trimestrales posteriores hasta el 31 de marzo de 2020 inclusive, deberán presentarse junto con los EECC a moneda histórica, SINENSUP, cuadros de activo, pasivo, patrimonio neto y resultados en moneda homogénea, en similar formato con soporte de cálculo en planilla de Excel. La misma comunicación expone la convocatoria a grupos de trabajo técnico-contables para abordar el tema, dada su especificidad.

Finalmente, la Superintendencia de Seguros de la Nación emite en fecha 17 de julio de 2019 la IF-2019-64632649-APN-SSN#MHA, circular que finalmente detalla las definiciones específicas de los rubros de la industria, complementando las normas legales y profesionales y la misma guía de aplicación de la FACPCE, dinámica por cierto con continuos avances y pronunciamientos.

Lo sustancial de la norma son las definiciones de normas particulares, asumiendo que para los EECC de aseguradoras y reaseguradoras ya a fecha de cierre los rubros se encuentran valuados a valores corrientes, a excepción fundamentalmente de los bienes de uso e inmuebles de inversión del activo, con especial consideración de los revalúos técnicos registrados, en tanto el pasivo se encuentra en general ya valuado a moneda de cierre. Cabe sí ajustar todas las partidas de resultados, en tanto la circular establece el alcance y metodología para la exposición de la Información en Notas a los EECC, tanto para el cierre anual en proceso, como para los trimestrales posteriores hasta el anual al 30 de junio de 2020.

Sobre la mayor tarea para el cierre en curso y el poder contar con la información requerida, se trata sin lugar a dudas de la reexpresión de las cifras patrimoniales al inicio, donde si bien no tendremos variaciones de cuantificación sobre el patrimonio neto expuesto, sí tendremos un fuerte ajuste del capital, en general, frente a una determinación de nuevos resultados acumulados al inicio no positivos. El ajuste de las cuentas de resultados se simplifica a un tema de adecuada registración de base y programado el sistema al efecto, y reitero, siendo fundamental contar con calidad e integridad en la anticuación.

Por supuesto, estamos trabajando, evaluando los resultados de la tarea, su significación e interpretación, y retomando experiencia, donde además y en este contexto se adiciona atento los últimos índices de inflación publicados y para la determinación del Impuesto a las Ganancias el ajuste por inflación impositivo, si bien muy esperado, muy diferente conceptual y en ejecución practica al contable comentado, como también el impacto que tendrá en la valuación y exposición de los EECC la aplicación de NIIF/IFRS ya en evaluación por la SSN, sin lugar a dudas nuevos desafíos.

García Vilariño: “Me preocupan los balances al 30 de septiembre”

Nota publicada en la Revista Todo Riesgo, entrevista a Antonio García Vilariño, socio del Estudio García Vilariño y Asociados SRL – SFAI de Argentina.

Nos preocupan los balances a junio de este año que se difundieron recientemente.

Realmente, me preocupan más los balances al 30 de septiembre porque los de junio de este año ya parecen casi anecdóticos: un balance con resultado técnico muy negativo, sabemos, y un resultado financiero muy positivo que neutraliza y que hace una tendencia finalmente positiva. Un ajuste por inflación que también, en alguna medida, neutraliza parte del resultado positivo porque, si bien no fue una aplicación general al balance, hay unos cuadros en las notas que establecen el impacto. Pero lo más gravitante es lo que está pasando en estos días y el cierre de septiembre. Es es lo que más nos preocupa en cuanto a tendencia, sobre todo porque no se va a mantener la rentabilidad de las inversiones por la caída en el valor de los títulos (provinciales, acciones, obligaciones negociables), lo que es muy preocupante. La Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) intenta acompañar con algunas normas, pero la foto es preocupante.

Haciendo una extrapolación a todo el actual ejercicio que finaliza en junio del año que viene, ¿el panorama puede ser aun más preocupante?

Lo que sucede es que se tiene una determinada foto de las inversiones, de la rentabilidad futura, pero también hay otra de la situación tarifaria. Un gran problema es el ajuste de tarifas. Las compañías básicamente trabajan con su fondo de primas. Las inversiones fueron fantásticas en cuanto a rentabilidad, pero hay incrementos muy altos en los costos de los repuestos, en la judicialidad. La tarifa se tornó bastante inelástica porque las aseguradoras no acompañan el indicador inflacionario en lo que es la responsabilidad civil. Esta es la mayor preocupación.

En materia de inversiones, ¿qué nueva normativa hay? Nos interesa particularmente el impacto sobre las inversiones por los diferimientos impuestos en el pago de las LECAP y las LETES.

La SSN dictó la resolución 788, la cual permite valuar técnicamente títulos base al 31 de julio: el 80% de las inversiones de vida con ahorro y retiro y el 70% de las de patrimoniales, incluyendo inmuebles. Evidentemente, ésta es una herramienta que permite valuar estos títulos hasta el 30 de junio de 2020. Es un aliciente a lo que es la solvencia del estado contable. Hay que ver si impacta en la liquidez porque para cumplir obligaciones hay que liquidar stock. Esta resolución se amplía con el decreto de necesidad y urgencia del 28 de agosto, en el que hay una serie de títulos que hacen a las inversiones de las compañías: al diferirse el pago, también hay un impacto.

¿Cómo observás la aplicación del ajuste por inflación en los balances?

En realidad, el ajuste por inflación no modifica sustancialmente los patrimonios, pero sí modifica la distribución del resultado. Hay un patrimonio que es casi el mismo, salvo la diferencia del mayor valor de los activos, bienes de uso y demás. De todos modos, hay un impacto en los resultados, que son mucho más perdidosos. O sea que una aseguradora tiene el mismo patrimonio con un poco más de activos, pero con importantes pérdidas.

Vos planteaste algunos interrogantes sobre la marcha del mercado a partir de la nueva realidad de las inversiones y de las dificultades para actualizar las tarifas. Sabemos también que hay una caída de las ventas en términos reales. ¿Cómo ves la perspectiva del mercado asegurador?

Al mercado asegurador lo veo solvente, lo veo estructurado, pero no está ajeno a vaivenes. Seguramente, los títulos se reconvertirán, se reestructurarán, se adecuarán en valores. Las compañías tienen grandes stocks de fondo de primas que no tienen liquidez inmediata, pero se supone que con el tiempo todo tendrá su reacomodamiento y su normalización. El tema es el mientras tanto. Básicamente, me preocupan la capacidad de consumo y las tarifas, que son el ingreso de las aseguradoras.

Hay varios focos de preocupación.

Sí. No hay que dejar de mencionar los pasivos judiciales que están alimentados por una tasa de inflación muy alta. La SSN, en la resolución 788, crea paliativos no solamente para las inversiones en títulos provinciales, nacionales y obligaciones negociables, sino que establece un sistema de cálculo del IBNR hasta junio de 2020 para que el valor actual de esos pagos se pueda trabajar y el IBNR sea menor. Pero, como dije, son todos paliativos frente a una crisis. Evidentemente, el mercado está preparado, es solvente. En mi caso, llevo 42 años en el mercado y viví muchas crisis desde el Rodrigazo en adelante, pero esto no deja de ser algo que altera una normalidad que teníamos muy aceptada.

¿Qué se puede destacar sobre la evolución del mercado de reaseguros?

En alguna medida, el reasegurador está más calzado en divisa porque tiene obligaciones en divisa y puede tener hasta un 50% de las inversiones en el exterior. Las entidades que siguen operando normalmente acreditaron en los balances un capital de 250 millones de pesos y, en su mayoría, ya están cerca de cumplir los 350 millones que se exigirán al 31 de diciembre próximo. Hoy tenemos un régimen con una reserva de mercado del 25% para el reaseguro local. Habrá que evaluar también si esto no requiere alguna consideración en este marco de emergencias.

¿Vos pensás que la política del organismo de control tiene la posibilidad de acompañar esta coyuntura compleja?

La gestión de la SSN es muy buena en materia de avances tecnológicos, digitalización, innovación, marco normativo. Las medidas tomadas son razonables y eran indispensables. El organismo no puede aislarse de lo que es el reacomodamiento real.